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Los colores, la luz y la atmósfera lúdica que ha logrado la decoradora Belén Ferrándiz en esta residencia gaditana consiguen transmitir el carácter de Ibiza que tanto emociona a los propietarios.
Aunque esta vivienda se halla en el gaditano Puerto de Santa María, la sensación ya desde la entrada es que estamos en Ibiza. Los propietarios, unos enamorados del estilo, los colores y la luz de la isla balear, así lo quisieron al plantearle a Belén Ferrándiz la reforma integral que necesitaba el chalé. Eso y que la casa fuera la perfecta residencia de verano, con muchos y amplios ambientes para compartir con familia y amigos. Dicho y hecho. La interiorista acometió una redistribución de la planta baja eliminando tabiques para conseguir una gran área social abierta inundada de luz –en las zonas reservadas a los numerosos dormitorios se respetó la compartimentación existente, aunque estas estancias también se actualizaron–. Dos grandes mamparas con carpintería de hierro y cuarterones de cristal, hechas a medida con idéntico diseño, permiten que los espacios se comuniquen visualmente, pero, a su vez, estén delimitados: una fija independiza la zona de estar del pasillo y la entrada, y otra con cuatro hojas abatibles hace posible unir o separar a placer el comedor de la cocina con office. La utilización de un mismo suelo para toda la casa, un porcelánico de gran formato de Gunni & Trentino que imita caliza, potencia también la sensación de espacio continuo.
En cuanto a la decoración, Belén Ferrándiz evocó «el natural y fresco estilo ibicenco con un mobiliario y elementos ornamentales de aire provenzal actualizado –una gran parte de ellos fabricados o comprados en la propia isla–, en los que mandan las maderas claras y las fibras vegetales». Los textiles tienen un gran protagonismo. La interiorista ha introducido hábilmente estampados que crean contraste con los tapizados lisos, y se han utilizado tejidos para panelar las puertas de muchos armarios. Varias cortinas artesanales de esparto protegen las ventanas en contraposición a las grandes caídas de otras. Las alfombras merecen un capítulo aparte: fabricadas la gran mayoría a la carta en materiales naturales como el yute, el algodón o el cáñamo, caldean todas las estancias y ofrecen otro punto de cohesión estética.